La propiedad tiene un seguro global del edificio para responder por las posibles averías o incidencias que se den en el mismo o, a consecuencia de ellas, en una vivienda.
Corresponde al inquilino valorar la opción de contratar un seguro del contenido (es decir, de las pertenencias propias que tenga en el piso), así como de responsabilidad civil, pues todos los gastos por daños causados a la vivienda, zonas comunes, resto de viviendas o a terceros, debido a negligencia o mal uso, los tendrá que asumir.
Es muy recomendable contratar un seguro, pues, por experiencia, un accidente casero o un descuido, pueden provocar daños que exijan un desembolso económico importante.